El Círculo de Silencio volvió a recordar a las víctimas del naufragio en la costa de Barbate

La Mesa Diocesana de Atención y Acogida de Migrantes y Refugiados de Cádiz y Ceuta, a través de la concentración del Círculo de Silencio del mes de noviembre, manifestó su honda preocupación y profundo dolor por la tragedia ocurrida el pasado 14 de octubre a treinta millas de la costa de Barbate.

Se trata de uno de los más graves dramas humanos de la inmigración ocurrido en las costas del litoral gaditano, que se ha cobrado la vida de más de veinte migrantes que se dirigían a las costas de la provincia de Cádiz a bordo de una patera.

Según los últimos datos, fueron tres los supervivientes, diez cuerpos recuperados sin vida y quince desaparecidos.

Así, a través de la lectura de un manifiesto, se expresó el cariño y la solidaridad a las familias de todos estos migrantes, al tiempo que se denunció la muerte de todas estas personas inocentes y las causas que la originan. “Siguen las muertes y sigue la globalización de la indiferencia. Año tras otro, desde la impotencia y la rebeldía interior, se nos sigue helando el corazón con cada rescate o desaparición de un inmigrante fallecido. Sucede todos los años. Unas veces en esta orilla y otras en la de enfrente. Los cadáveres ya forman parte de este paisaje. A veces, nos toca enterrar a los muertos con la mayor dignidad posible. Otras veces, el mar se los traga y sólo el cielo y las estrellas acompañan a estos muertos. Y todos los que tienen algo que ver en este asunto, miran para otro lado, porque la culpa de los fallecidos en las dos orillas del Estrecho siempre la tienen los muertos”.

Por otro lado, demandaron a los Gobiernos de todos los países implicados en estos graves sucesos que pongan en marcha políticas y los medios necesarios para evitar que se repitan estos dramas y tragedias. “No podemos permitir, que ante este drama humanitario, las políticas migratorias sigan poniendo el acento en la defensa de nuestras fronteras y no en la defensa de la vida. Exijamos a los gobiernos rutas seguras y legales para las personas que quieren buscar una vida mejor”.

De esta manera, se dio paso al tiempo de silencio para mostrar el dolor, la solidaridad y afecto, al tiempo que el deseo de que este paso fronterizo en las aguas que separan las dos orillas deje de ser un espacio de dolor, sufrimiento, dramas y muertes, y se convierta en el lugar de encuentro, amistad e intercambio entre los pueblos de los dos continentes.